domingo, 22 de junio de 2014

KIT BÁSICO DE LA MOCHILA DEL (DE LA) COACH (I): LA IMPORTANCIA DE LA ESCUCHA

Escuchar vs. Oír

Podremos definir OÍR como, la capacidad biológica que poseen algunas especies vivas de captar perturbaciones ambientales en forma tal que generen el dominio sensorial llamado sonido, es por lo tanto un fenómeno biológico.

Por otro lado, ESCUCHAR, es un fenómeno distinto, porque a pesar de que su raíz es biológica realmente pertenece al dominio del lenguaje y se origina en nuestras interacciones sociales con los otros y según la propia Real Academia de la Lengua Española hay un predominio de la atención “prestar atención a lo que se oye”.

Especialmente relevante nos parece la aportación de Rafael Echeverría en su libro “Ontología del Lenguaje” cuándo  recoge la diferencia entre ambos fenómenos y que reproducimos a continuación:

“Lo que diferencia el escuchar del  oír es el hecho de que cuando escuchamos, generamos un mundo interpretativo. El acto de escuchar siempre implica comprensión y, por lo tanto, interpretación… el factor interpretativo es de tal importancia en el fenómeno de escuchar que es posible escuchar aun cuando no haya sonidos y, en consecuencia, aun cuando no haya nada que oír. Efectivamente, podemos escuchar los silencios”

Importancia de la escucha en el coaching

Cuando comenzamos nuestras primeras prácticas y entrenos en coaching, nos preocupamos de una gran variedad de aspectos (la efectividad de las preguntas, la buena concreción de los objetivos, el empleo de técnicas adecuadas, el control del timing, la utilización adecuada de modelo Grow u otros modelos,…) pero opino que descuidamos, a veces el tema de la escucha e incluso en la bibliografía sobre el coaching no se le ha dado la importancia oportuna a este aspecto fundamental. Este es el motivo por el que he comenzado este pequeño coleccionable denominado como “la mochila del coach” con la reflexión sobre LA ESCUCHA DEL (DE LA) COACH.

Reproducimos las palabras de Xavier Florenza en el artículo “El arte de la escucha” recogida en el libro “PNL&Coaching” de la editorial RigdenInstitut Gestalt cuándo habla de la importancia de la escucha en el coaching; palabras con las que coincidimos totalmente avaladas por nuestra práctica diaria:

“Una buena escucha garantiza una buena pregunta, una buena intervención o una propuesta de ejercicio de vuelta hacia el coachee. Y es que las preguntas o propuestas de calidad sólo se pueden ofrecer a partir de una escucha de calidad.
Es necesario tener en cuenta que el cliente necesita ser escuchado por alguien sin prejuicios y que no juzgue, que se implemente acepte lo que él cuenta como algo que está bien así. (…)
Muchas veces depende de nuestro entrenamiento en la escucha el poder lanzar preguntas que aporten una nueva visión del quiebre a los clientes, o proponer ejercicios experienciales de los cuales el coachee puede extraer nuevas informaciones útiles para su aprendizaje. Sólo una escucha de calidad nos permitirá discernir, de entre todo el discurso del cliente, las partes verdaderamente relevantes”

Niveles de escucha en coaching

En coaching podemos diferenciar 3 tipos de escucha que expondremos a continuación. Para la elaboración de este epígrafe hemos utilizado las aportaciones del Coaching Co-activo desarrollado por la escuela americana Coaches Training Institute (CTI),socios de la consultora Augere con los que desarrollan sus programas formativos en España.


1.       Nivel I Escucha interna
     Con este tipo de escucha nos estamos centrando en “nosotros/as mismos/as” y en nuestra propia voz interior y nuestras propias opiniones, historias, juicios, sentimientos, necesidades… Si bien es una escucha muy importante en nuestra vida y es fundamental crear el contexto adecuado, para que los/las clientes/as se centren en el nivel I durante la sesión, los/las coaches deberíamos ser capaces de permanecer en los niveles II y III que introduciremos a continuación y evitar el deslizamiento hacia este tipo de escucha interna.

2.       Nivel II Escucha enfocada
Toda la atención está centrada en el cliente (o coachee) y no hay excesiva conciencia del mundo exterior. En este tipo de escucha el/la coach procesan y devuelven la información que proceden del (de la) coachee y percibe la comunicación verbal y no verbal del emisor.

3.       Nivel III Escucha global
En este tipo de escucha, la atención del coach no está únicamente centrada en el/la cliente/a sino también en el entorno y todo lo que ocurre en dicho entorno, incluso detectamos la energía y el estado emocional de la interacción. En este tipo de escucha el/la coach observa e interpreta la acción, los silencios y la interacción.
Como ya hemos concretado anteriormente, el coaching más eficaz se produce cuando el coach se encuentra en los niveles II y III. No obstante, en determinados momentos el/la coach se introducirá en el nivel I y se “desconectará del cliente” esto supone un peligro para el buen desarrollo de la sesión, porque el/la coach correrá el riesgo de imponer su propia agenda e incluso deslizarse hacia otras metodologías (asesoramiento, consultoría…) Como profesional del coaching, el punto crucial estríba en identificar cuándo estás en el nivel I y volver a centrarnos en el cliente para volver a registrarnos en el nivel II y III.

Competencias y herramientas fundamentales para una escucha eficaz:

Fundamental para realizar una escucha eficaz nos parece el empleo de actitudes como, la apertura del coach y el respeto hacia el/la coachee. Esta apertura que nos parece en un primer momento tan sencilla de entrenar, va mucho más allá porque supone remover nuestros cimientos y creencias más personales ya que la apertura incluye el reconocimiento de que debo aceptar algunas ideas, creencias o juicios que pueden ir en contra de lo mis ideas, creencias o juicios y ello no debe interferir en el proceso de escucha.

Practicar adecuadamente estas competencias supone por lo tanto distanciarnos de “nosotros/as mismos/as” y aceptar desde el respeto mutuo y de los derechos personales, otras formas particulares de ser, entender y vivir; sin emplear el juicio.

Así como otros aspectos más fácilmente entrenables como:
  • El empleo de la escucha activa para crear un contexto eficaz de conversación con el/la cliente/a.
  • Observación de las necesidades del coachee y del estado emocional de la conversación.
  • Atención centrada en el coachee.
  • Calidez en la acogida.
  • Respeto del ritmo del cliente.

domingo, 8 de junio de 2014

LAS MOCHILERAS Y LAS MOCHILAS: UNA METÁFORA PARA EL COACHING


Para Bea y Uxía y a todas las mochileras y mochileros del CD Pinarium. Va por ustedes.

Hoy a petición de los seguidores del blog, comenzamos lo que pretende ser un coleccionable de herramientas básicas del coach y en el que consideramos que el (la)  propio lector/a es parte activa.

Para ello he utilizado la metáfora de la mochila, tras una reflexión del rol que realizan las/los mochileras/os, en la infinidad de modalidades de carreras deportivas “populares” a las que acuden: carreras en ruta, carreras de montaña y otras modalidades como duatlón, triatlón… que para la que escribe se convierten en una práctica muy impactante y valorable.

En un primer momento, como observadora ocasional de estas prácticas, no entendía muy bien ese fervor y acompañamiento incondicional, de esas mujeres y cada vez más hombres que acompañan a sus generalmente parejas (aunque no necesariamente) a dichos eventos deportivos, en períodos de descanso que suelen coincidir con fines de semana, después de un madrugón considerable y en circunstancias climatológicas adversas (sobre todo en nuestra tierra gallega).

Más allá del  vínculo emocional y el compartir un espacio de tiempo con ese/ a atleta a la que acompañan, no entendía la razón de ser de estas mujeres y hombres que además con anterioridad al inicio de la salida se ven inundadas por montones de mochilas de corredores, que incluso algunas veces son únicamente conocidos del club del que forma parte ese corredor/a al que acompañan.

Cada uno encuentra el “darse cuenta” en infinidad de momentos y yo me he reencontrado con la importancia del rol de mochilero/a tras el bloqueo de una llave después de un entreno de natación que me impidió, durante un tiempo, del disfrute de una merecida ducha caliente, tras un trabajo físico que para mí había sido considerable y que afecto a mi temperatura corporal y sin duda a mi humor. Para los/las corredores/as las/los mochileras/os son lo que para mí, la LLAVE de mi taquilla, que guarda los tesoros de mi mochila.

No obstante, las y los mochileras/os son algo más que una llave y poseedoras/es accidentales de: llaves de coches, carteras, glucosa, agua, toallas, ropas de recambio, sprais… son escuchadoras/es, formuladoras/es de preguntas, motivadoras/es, colaboradores/as de nuevos objetivos… son coaches deportivos espontáneos y espontáneas en horarios intempestivos y poseedores/as durante un tiempo de herramientas básicas, necesarias e imprescindibles para el/la deportista.

Este coleccionable pretende recoger todo aquello necesario en una buena mochila para el coach y que repercutirá en el buen hacer del proceso de coaching. No quiere terminar esta reflexión sin reconocer el rol del (de la) mochilero/a y reivindicar este rol en otras prácticas deportivas porque YO TAMBIÉN QUIERO QUE ME ACOMPAÑE UN MOCHILERA/O.

 

 

domingo, 1 de junio de 2014

¿Cuáles son los orígenes del término coach y de la metodología coaching?


Para comentar los orígenes del coaching tenemos que acercarnos en primer lugar, al origen etimológico del concepto coach. Todo parece indicar que la palabra coach es de origen húngaro.
 
La historia apunta hacia los siglos XV y XVI, cuando empezó a hacerse muy popular la ciudad húngara de Kocs, situada a unos 70 kilómetros de Budapest, (entre Viena y Pest). Kocs se convirtió en parada obligada para todos los viajes entre estas dos capitales. De esta manera se empezó a hacer muy común el uso de un carruaje caracterizado por ser el único provisto de un sistema de suspensión para dichos viajes. Además, destacaba por su comodidad frente a los carruajes tradicionales. Así comenzó a hablarse del kocsi szekér, o sea el ‘carruaje de Kocs’, símbolo de la excelencia. 
 
De la misma manera que “coach”, cumplía la función de transportar personas de un lugar a otro, el coaching, también transporta a las personas de un lugar a otro, del lugar donde están a donde quieren llegar.
 
Una reseña que parece lo suficientemente clarificadora, la encontramos en el Libro Coaching práctico en el trabajo en la que sus autores Zeus y Skiffington, establecen una breve reseña histórica de la palabra coach, que recogo a continuación porque me parece sumamente esclarecedora e interesante para tratar de terminar este apartado.

1500 Se acuña el térmico coach en Inglaterra con el significado de carruaje que trasportaba gente de un lugar a otro.
1850 El término coach se emplea en las universidades inglesas para designar a un tutor o persona que ayudaba a los estudiantes a preparar exámenes.
1930 y 1940 Se designa de este modo a individuos asistidos por una especie de mentor para convertirse en otro mentor.
1960 El coaching personal comenzó siendo en New York un programa educativo para individuos desaventajados.
1960 y 1980 Se fusiona el coaching personal y el coaching empresarial. Por primera vez en Canadá se considera al coaching como una profesión con formación y credenciales para coaches.
1980 Surge el concepto de coaching ejecutivo como una nueva y poderosa disciplina.
2004 En la actualidad, las organizaciones e instituciones educativas, tales como Harvard School of Business, reconocen las relaciones entre el coaching y la eficacia del líder.

 
Además es necesario realizar una referencia explicíta a la psicología y entrenamiento deportivo si de origenes estamos hablando, que incluiremos a continuación.

La psicología y el entrenamiento deportivo en los origenes de nuestro trabajo.

Una referencia muy notable del coaching es la psicología deportiva y las prácticas de entrenamiento deportivo fundamentadas en la metodología de entrenamiento difundida por Timothy Gallwey en The Inner Game (El juego interior) aunque la divulgación de este trabajo se ha realizado a nivel individual por su socio en Inglaterra John Whitmore.

El “juego interior” tiene lugar en la mente del jugador y es jugado para superar los obstáculos que uno mismo se impone consiguiendo que un individuo o grupo de personas accedan a un mayor potencial; en definitiva se trata de que el jugador controle su miedo y su nerviosismo, la desconfianza en uno mismo y la duda personal y las pérdidas de concentración; que no serían más que interferencias, que, de no ser controladas, restarían al potencial y diminuirían el desempeño (según la siguiente formula Desempeño = Potencial - Interferencia).